viernes, 20 de mayo de 2011

Homo sentimentalis

"El homo sentimentalis no puede ser definido como un hombre que siente porque todos sentimos, sino como un hombre que ha hecho del sentimiento un valor. A partir del momento en que el sentimiento se considera un valor, todo el mundo quiere sentir; y como a todos nos gusta jactarnos de nuestros valores, tenemos tendencia a mostrar nuestros sentimientos".
Milan Kundera

El hombre actual ama la idea del amor, y este sentimiento es casi indiferente al ser "amado": si alguien siembra el amor en el corazón de otro, entonces en su corazón va creciendo el amor por ese alguien, un amor inimitable, irreemplazable, destinado a quien lo sembró, a quien es amado. El homo sentimentalis denomina "amor verdadero" no a un "amor-relación", sino a un "amor-sentimiento" que culmina en el placer.
Al igual que un actor que sube al escenario frente todos los espectadores, genera la tristeza de un hombre abandonado y traicionado, lo que no significa que él realmente no sienta esa tristeza, pero nos deja pasmados porque acto seguido que termina la función, el actor vuelve a una inexplicable indiferencia.
¿Cuántos en la vida cotidiana se hacen llamar enamoradizos? ¿No es realmente la idea del amor y no la persona en sí en la que se siembra este amor inintercambiable? Kundera afirmaba que Cervantes fue quien con mayor agudeza desenmascaró al homo sentimentalis: Don Quijote decide amar a cierta muchacha a pesar de que casi no la conoce (lo cual no tiene nada de sorprendente porque cuando se trata del "amor verdadero", el amado importa poquísimo).
El sentimiento nace en nosotros sin la intervención de nuestra voluntad, frecuentemente contra nuestra voluntad, en cuanto queremos sentir de la misma manera que hace Don Quijote con Dulcinea, el sentimiento ya no es un sentimiento genuino, sino una imitación, su exhibición y ese homo sentimentalis se acaba convirtiendo en el homo hystericus.




2 comentarios:

joseangelito indigente dijo...

el amor verdadero en un sentimiento individual y onanista.
la gracia de esta vida es que para que exista, necesita ser alimentado por otra persona que saque de nosotros el altruismo.

M. Román Espín dijo...

El amor puede ser un pasatiempo o una tragedia; a fuerza de hablar de amor, uno llega a enamorarse, y si no encuentra a otra persona que saque de nosotros ese altuismo la inventamos. Nada tan fácil : )