lunes, 19 de julio de 2010

Ortega, vacaciones y bienestar

Sí, soy consciente de que llevaba bastantes días sin actualizar este blog, pero tengo una excusa. Quizás la excusa más fuerte que una persona pueda dar: me he tomado unas pequeñas vacaciones. Vacar es una de las cosas que se identifica, a veces, con el bienestar. Para el hombre, vivir es vivir bien. Y es que la “necesidad humana” abarca indiferentemente lo objetivamente necesario y lo superfluo. Y yo necesitaba unas vacaciones.

“El empeño del hombre por vivir, por estar en el mundo, es inseparable de su empeño de estar bien. Más aún: que vida significa para él no simple estar, sino bienestar, y que sólo siente como necesidades las condiciones objetivas del estar, porque éste a su vez, es supuesto del bienestar. El hombre que se convence a fondo y por completo de que no puede lograr lo que él llama bienestar, por lo menos una aproximación a ello, y que tendría que contentarse con el simple y nudo estar, se suicida. El bienestar y no el estar es la necesidad fundamental para el hombre, la necesidad de las necesidades. (…) El hombre no tiene empeño alguno por estar en el mundo. En lo que tiene empeño es en estar bien. Sólo esto le parece necesario y todo lo demás es necesidad sólo en la medida en que haga posible el bienestar. Por tanto, para el hombre sólo es necesario lo objetivamente superfluo (…). Las necesidades biológicamente objetivas no son, por sí, necesidades para él. Cuando se encuentra atendido a ellas se niega a satisfacerlas y prefiere sucumbir (…). Y esto es esencial para entender la técnica . La técnica es la producción de lo superfluo: hoy y en la época paleolítica".

José Ortega y Gasset: "Meditaciones de la técnica"

En conclusión orteguiana, estar y bienestar son lo mismo, y este blog no deja de ser una necesidad superflua que a veces se me hace estrictamente necesaria.

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