miércoles, 10 de junio de 2009

Ausencia

Para Javi, después de todo y tanto...

¿Cómo ha podido quedárseme tan vacío el mundo? No es algo que pueda expresarse con palabras grandiosas o solemnes, pues en verdad se trata de meras nimiedades, de tonterías.
Es, por ejemplo, observarte mientras te peinabas y llamarte presumido. Es sentir que, dormido sobre mi pecho, me oprimías mi mano con suavidad si intentaba moverme. Es el echar a andar después de haber repasado la cartelera de espectáculos decidir a qué cine ir esa tarde tras largos momentos de "parlamentar" como tú decías. Es esa tormenta de besos que me dabas cuando me impacientaba por desayunar. Es mirarte contemplándome cuando me vestía y fingir enojarme por espiarme a través del espejo. Es dormirme con las nanas que me tocabas, con esos cuentos que me contabas y que me dijeses "pendoncilla, no te duermas aún". Es adivinarte los pensamientos y saber que tú adivinabas los míos; reírnos a la vez sin haber dicho nada. Es acariciar con la vista la curva de tu espalda y quitarte una y otra vez el "pozo verde sin fondo". Es buscar juntos por la alfombra la horquilla que se me había caído. Es gozar de tanta paz frente a los viejos árboles que veíamos por tu terraza... Es todo y tanto, y a la vez nada, son todas y cada una de tus "pequeñas idiosincrasias" como yo las llamaba.
Sí, eso es lo que me falta, y al faltarme eso me falta todo. Tonterías, quien lo duda; pero sin ellas el mundo que alrededor gesticula, habla, se agita, es para mí una lejana e incolora fantasmagoría.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Las pérdida son la sombra de todas las posesiones, materiales e inmateriales" (Carlos Sluzki).
Edu.

M. Román Espín dijo...

Estimado Edu:
Hay momentos en la vida cuyo recuerdo es suficiente para borrar años de sufrimiento. Ya no necesito al protagonista del relato: tengo su recuerdo, que vale más que él.
Un abrazo.