El frívolo se ríe de todo, es insípido y molesto, y con frecuencia no se preocupa por evitar herir a otros con su humor. El serio cree que nada ni nadie deben ser objetos de burla, nunca tiene algo gracioso para decir y se incomoda si se burlan de él. El humor revela así la frivolidad de lo serio y la seriedad de lo frívolo. Se trata de una virtud social: podemos estar tristes en soledad, pero para reirnos necesitamos la presencia de otras personas. Lo que más admiro de los demás es la ironía, la capacidad de verse desde lejos y no tomarse demasiado en serio.
Por otra parte, considero "limitado de entendederas" a todo aquel que desconfía del "entretenimiento" ya que cualquier forma de sabiduría no es más que entretenimiento transcendental.
El humor no está únicamente en los contenidos intelectuales o en las bromas, sino en la "expresión privilegiada" de la ironía.
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