La evolución de los modelos sociales está siguiendo un curso paradójico: el espectacular desarrollo tecnológico contrasta con las dificultades, o la falta de voluntad, para hacer frente a las necesidades sociales y vitales de amplios sectores de población. Por esta razón, el nuevo tipo de sociedad que está surgiendo al hilo de la revolución tecnológica se caracteriza por la emergencia de nuevos sistemas de estratificación social, en los que se acentúan los componentes desigualitarios y dualizadores. Las principales tendencias relacionadas con esta problemática revelan que las asimetrías tienden a agudizarse y que las percepciones de la opinión pública cada vez se distancian más de los diagnósticos y los tratamientos que se realizan desde las esferas del poder, con el resultado de un aumento progresivo de la exclusión social, por un lado, y de los climas de apatía política y deterioro social, por otro (de ahí la necesidad de prevenir los riesgos de evolución hacia «sociedades divididas» mediante políticas de integración y de asistencia que estén basadas en un amplio consenso social).
Paradójicamente tengo que confesar que me gano la vida gracias a ese nuevo tipo de sociedad tecnológica (si bien hasta ahora no he sido más que una operaria que se ocupaba del correcto funcionamiento del aparato tecnológico, en cincos días pasaré a ser parte de la estructura de una empresa transnacional de telecomunicaciones).
Mi vida ha cambiado muy deprisa y en este momento no sé muy cómo sentirme (ante todo estoy perpleja): sin solicitar nada un buen día te llaman para comunicarte que tienes el perfil que buscaban para un puesto vacante que desconocías y que en una semana tu misión va ser otra bien distinta. Casi sin darte cuenta, en media hora, te despides de tus compañeros de fatigas (ante todo amigos) y te encuentras codeándote con tus "superiores".
Quiero emprender esta nueva etapa ejercitando la racionalidad (rasgo específico de la condición humana) e intentando fomentar la competencia personal (más allá del voluntarismo y emotivismo des- responsabilizado), y la solidaridad (auténtica vara de medida de las personas y colectivos).
Pretendo trabajar por la utopía de una empresa más humana sin descuidar la productividad en aras del bien común de todos los trabajadores.
Me temo que las muchas horas de estudio de Saint-Simon, Fourrier, Owen, Proudhon, Comte, Spencer, Marx, Adam Smith o David Ricardo van a servirme de poco.
2 comentarios:
¿Qué puesto vas a ocupar?
Mi querida amiga:
El puesto que paso a desempeñar es responsable de calidad del servicio de atención al cliente de Vodafone Sevilla.
Tengo que evaluar el rendimiento de los trabajadores según parámetros de la compañía (se mide desde la productividad hasta la excelencia telefónica de unas 700 personas).
Como puedes imaginar los jefes de Madrid quieren resultados y beneficios, simplemente cifras, y si no salen no tienen problema en "externalizar o deslocalizar".
La subida salarial es bastante importante, pero no estoy segura aún que compense la responsabilidad que conlleva el puesto (al menos si se tiene un mínimo de conciencia).
Ya te iré contando, un besote.
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